dimarts, 12 de gener del 2021

Qué duro es decir adiós, pero que injusto es en esta ocasión.

 Quien me conoce, sabe que no me gustan las despedidas. Soy una persona muy sensible de lágrima fácil.

Decir adiós nunca fue fácil, pero lo es menos cuando tienes que decir adiós en dos ocasiones.

El pasado 3 de septiembre, me adjudicaron una sustitución en Mislata. Cuando lo vi no pude contener la emoción, ya que por fin me había tocado algo "cerca de casa".  

El día que me incorporé al centro, me comentaron que mi sustitución iba a ser para todo el curso, ya que la persona titular de la plaza, por motivos personales, llevaba años reduciéndose la jornada. Más contenta imposible, ya que iba a tener trabajo para todo el año y además podía compaginarlo con la oposición y dando una extra escolar en una Escuela Infantil. Ya tenía la vida organizada. 

Pasaron los meses, y la verdad, disfruté muchísimo haciendo lo que más me gusta, enseñar y aprender a la vez. Ayudar a los niños/as que presentan cualquier tipo de necesidad y/o dificultad de aprendizaje. Sois de esas docentes que cuando se marcan un objetivo de trabajo, y ven que se cumple, le afloran las lágrimas de la emoción y el orgullo por el trabajo bien hecho, y hasta el momento, me había ocurrido varias veces en este curso. 

¿Qué pasó para que todo cambiara?

Llegó el último día de clase. Martes 22 de diciembre, día de la lotería. Y la verdad, a mi poca lotería me tocó. Lo que me llevé ese día un un gran jarro de agua fría, ya que por parte de la dirección del centro, se nos comunicó a una compañera y a mi, que la persona titular de nuestra plaza quería cambiar su jornada, aún estando de baja.

Fue escuchar esas palabras, y derrumbarme por dentro. Algo no iba a salir bien. Mi intuición no suele fallarme. Y así fue.

La directora nos comentó que durante las navidades recibiríamos alguna notificación por parte del Centro, Conselleria o de la Dirección Territorial, que estuviéramos pendientes del móvil y del correo.

Os aseguro que fueron los 15 días más duros de mi vida, ya que todo parecía que se iba a derrumbar.

Estuve pendiente del móvil y del correo corporativode la GVA las 24h de todos los días. Incluso llegué a sentirme "una acosadora" al preguntarle varias veces a la directora, para saber si se sabía alguna cosa al respecto.

Me informé y asesoré con varios inspectores de educación sobre el tema, y varias personas del sindicato al cual estoy afiliada, que tengo que reconocer que estoy algo decepcionada por el falta de comprensión y ayuda que he recibido.

Pero nada. Nadie movió ficha, por tanto, el día 7 de enero, tuve que reincoporarme tal y como debía a mi puesto de trabajo. ¡Y yo encantada! Incluso llegué a pensar que si no habían noticias es porque no le habían aceptado el cambio de jornada y eso me beneficiaba, claro. Ay... Siempre nos aferramos a un mínimo rayo de esperanza...

Todos los compañeros/as, al verme allí, se llevaron una alegría inmensa, ya que para ellos la noticia tampoco resultó ser muy agradable.

Con el transcurso de la mañana, la jefa de estudios vino a mi aula para comunicarme que Conselleria había respirado y que fuera al despacho. Por su expresión, deduje que no eran buenas noticias las que se avecinaban... Y así fue. Entré y la directora con cara de apuro, tristeza y decepción me dio la noticia. Me habían cesado.

Pero esto no acaba aquí...

Mi cese estaba tramitado por parte de Conselleria a fecha...


¡Tachán! ¡31 DE DICIEMBRE!


Como lo leéis... Desde el día 31 de diciembre estaba "en la calle" y nadie me lo había comunicado. ¿Flipante no?

Pues así nos quedamos todos. ¡FLI PAN DO!

Porque además, no entendemos el porqué se ha quedado la otra compañera a trabajar, que llegó más tarde que yo a cubrir la otra parte de la plaza, de la persona titular que no se ha llegado a incorporar en todo lo que llevamos de curso. ¿Dónde queda el respeto por la antigüedad del interino?

Permitidme que diga esto, pero menos mal que el gobierno actual es de izquierdas y se supone que valora a las personas, las respeta y tiene empatía con ellas (modo ironía ON)...¿Velar por el trabajador? ¿Para qué?


¿Y ahora qué?

Con el cese enviado a Conselleria, por parte del centro, únicamente me quedaba esperar a que lo tramitaran pronto para poder volver a la bolsa y poder acceder a las adjudicaciones. Menos mal que eso fue así y hoy martes 12, puedo decir que vuelvo a tener centro. 


No le deseo a nadie que pase los quince días que he pasado yo. No le deseo a nadie que se encuentre con una situación como la mía o similar. De verdad, es una angustia y pena enorme.

Pero la administración no sabe con quién se ha encontrado. No voy a parar de luchar y defender mis derechos, como persona y en este caso como docente.
A todxs mis compañerxs del Maestro Serrano os deseo la mayor de las suertes en este difícil y raro curso escolar. Sois unos grandes profesionales y ha sido un gusto trabajar allí.
Permitidme que os diga que no sé si volveré, ya que pese a lo bien que he estado, y las personas que me llevo, este centro siempre será una espinita clavada en mi corazón y en mi carrera profesional y no por culpa del equipo directivo ni mucho menos. Siempre que me necesitéis, aquí estaré. Perdonadme.

Ahora toca cambiar el chip. Mirad hacia delante. Si algo he aprendido de todo esto, es que siendo interino, estás a disposición de Conselleria y pueden putearte, permitidme la expresión, como les dé la gana. En definitiva, eres su títere, su marioneta de tela o madera. 

Por eso, empiezo enero con las pilas más cargadas todavía. Con una maleta llena de ilusión, ganas y motivación por volver a trabajar, y sobretodo con mucho ánimo y fuerza para continuar luchando por mi plaza. El 2022 es mi año. Voy a por todas.

Mañana empieza un nuevo reto que afronto con las mismas ganas o más que el primero.


Y como dice el gran Eugeni Alemany...  


"A ningú que li passe!!"



¡Nos vemos en las aulas!

diumenge, 23 d’agost del 2020

LA INCERTIDUMBRE


 

Domingo 23 de agosto de 2020. Tan solo a 8 días para que el profesorado vuelva a los centros educativos para dar el pistoletazo de salida a un nuevo curso escolar. 6 días después de esa nueva apertura de las escuelas, volverán a llenarse de vida. Pero… ¿estamos preparados para ello?

 

Soy maestra, y ejerzo, tengo 27 años, estoy viviendo un hecho histórico (covid19), y tanto como persona, como profesional educativa, os puedo responder según mi experiencia y criterio. No. No estamos preparados para afrontar esta nueva normalidad. No. No estamos preparados para dar comienzo a un nuevo curso. No estamos preparados para volver a trabajar, ni de manera presencial, ni online. Sí, el sistema educativo está totalmente desfasado y caducado.

 

Por lo que respecta a “la nueva normalidad”, desde que entramos en ella, no he hecho más que llevarme sorpresas y decepciones. Como persona joven, me da mucha rabia ver la falta de respeto, educación, civismo y solidaridad que, sobretodo, el grupo de población al que pertenezco, gente joven, está llevando a cabo este verano. A mi me hubiera encantado “vivir en la calle”, rodeada de mis amigos, salir todos los días, hacer fiestas, cenas, pegarnos cuatro bailes y bebernos unos gintónics al ritmo de una verbena de pueblo. Pero no. Este verano no tocaba. Este verano no toca. 

 

¿Nadie se acuerda de los 3 meses que hemos estado encerrados en casa? ¿Nadie recuerda lo duro que ha sido no ver a la familia tanto como queríamos? ¿Nadie es consciente de las grandes pérdidas económicas que hemos sufrido? ¿Por qué no queremos ver todas las muertes, infectados, intubados, personas en UCI, neumonías… que ha habido?

 

Me parece muy egoísta y peligrosa esa postura. ¡Ya vendrán veranos mejores! Volveremos a brillar bajo el cielo estrellado de los meses de julio y agosto. Volveremos a reunirnos con todos y cada uno de nuestros amigos. Volveremos a hacer escapadas para desconectar y cargar pilas. Volveremos a disfrutar de unos chupitos en la barra del bar del pueblo, en una noche de verbena. Pero por favor, respetemos. Seamos personas cívicas y solidarias. Hace falta un poco más de humildad y menos egoísmo si queremos salir de ésta “sanos y salvos”. Mirad en vuestras familias y grupos de amigos. Seguro que hay alguna persona de riesgo, alguien que ha mantenido su trabajo de manera online como ha podido, más de uno en erte o en paro, y sobretodo, personas que su economía pende de un hilo por el maldito bicho. En nuestras manos está el acabar con esta pandemia mundial, o en convivir con ella mucho tiempo…

 

En relación con la “nueva normalidad” educativa, tengo varias preguntas… ¿Es culpa de la Administración que puedan surgir nuevos casos de Covid en los centros? ¿Están los centros preparados para la vuelta al cole en apenas 15 días? ¿Las familias se han cuidado este verano y han tomado todas las medidas higiénico sanitarias y de seguridad necesarias para combatir al bicho? Y para mí, una de las más importantes, después de ver el panorama en círculos cercanos… ¿Los profesores/maestros, han respetado el estado en el que estamos, cuidándose, no haciendo barbaridades, tomando las precauciones básicas y necesarias? 

 

Seguro que en muchas discreparemos, pero ahí van mis respuestas. Os contesto una a una. 

 

En relación con si la Administración, la Conselleria de Educación o el Gobierno Nacional va a ser culpable de los nuevos casos que puedan surgir en las aulas, considero que la respuesta está en un 50%. Por un lado, si no han sabido gestionar durante este tiempo el inicio del nuevo curso escolar, no han ofrecido las medidas pertinentes a tiempo, y no a días de abrir las puertas, no garantizan los recursos materiales, higiénicos y personales necesarios, parte de culpa tienen. Destaco sobretodo los personales, ya que creo que ahora más que nunca, es necesario contar con un gran equipo de profesionales que puedan garantizar todo lo anteriormente citado. Por el contrario, pienso que se ha trabajado para conseguir una nueva normalidad en las aulas. Eso no lo pongo en duda. 

Pero… siempre quedan flecos sueltos. Por tanto, debemos respetar y no lincharlos. Si queremos cambiar y que todo transcurra con la mayor normalidad y seguridad posible, trabajemos codo a codo para conseguirlo. Es muy fácil criticar desde el sofá de casa, con una cerveza en la mano. Pongamos de nuestra parte. 

 

En cuanto a si los centros están preparados… Vuelven a surgirme dudas. Por experiencia, y conocimiento, sé de algunos casos que sí. Desde que decretaron el Estado de Alarma, en muchos han estado formándose, adaptándose y creyendo en una nueva normalidad ajustada a las necesidades actuales. Formación del equipo docente y no docente; revisión, limpieza y adaptación de los espacios para que sean seguros y cumplir con las normativas… Muchas han sido y son las medidas que algunos centros están tomando. El problema viene en los que se han acomodado y han estado a la espera de lo que dictaran desde la Administración en vez de adelantarse y empezar a cambiar el chip. Con ello consiguen un mayor desprestigio a nuestra profesión, y además, tiran todo el trabajo realizado por el resto de personas interesadas e involucradas en las mejoras del sistema para hacer de la vuelta al cole, una vuelta segura en todos los sentidos. 

 

Uno de los puntos peliagudos de este inicio de curso, viene de la mano de las familias. Supongo que habréis leído más de un artículo, publicación en redes, o simplemente habréis escuchado alguna noticia de cualquier informativo sobre la opinión de muchas familias. Es hora de mojarse. ¿Pensáis que los niños/as están mejor en casa? Vale… Bien… ¿Pero qué hacéis con ellos? Ya os lo digo yo… Vais al parque donde juegan con más niños, intercambian juguetes, se tiran por toboganes que no están desinfectados, beben agua de las fuentes públicas… Cosas de niños. Eso está claro. Pero… Si tanto miedo da que vayan a los colegios, no puedo llegar a entender ni a compartir que además de ir a los parques, los cuales son potenciales focos de infección, también estén rebozándose por el suelo de centros comerciales, tocando prendas de ropa que vete tú a saber quien las ha tocado, si estaban desinfectadas o no, o incluso los exponéis todavía más acudiendo a playas, terrazas, bares, piscinas o reuniones con amigos. ¿Sigo? ¿Seguís pensando que los centros educativos son el mayor foco de infección? ¿Todavía pensáis que están mejor en casa? ¡Venga ya! Reflexionad sobre el asunto… Como se dice en mi casa, “no es moco de pavo”. Los niños/as donde mejor están es en los centros educativos, y no solo por todo lo que acabo de citar, si no también porque necesitan recibir una educación adecuada y en condiciones, individualizada, con todos los recursos necesarios y ajustada a las necesidades de cada alumno/a y socializar con su grupo de iguales. Y eso, siento deciros, únicamente se puede ofrecer en la Escuela. Así que por favor, no hagáis tonterías. Dejaros de historias del tipo “no voy a llevar a mi hijo al colegio”, “el colegio no es un espacio seguro”, y muchas más porque no son ciertas y lo único que conseguís difundiéndolas es hacer mucho más daño a uno de los sectores más necesarios del mundo: LA EDUCACIÓN. Está claro que el riesgo está ahí, pero todavía es más presente si no se toman las medidas adecuadas y se acentúa el como ya no estamos encerrados…“vale todo”. Eso sí, por favor, al primer síntoma (fiebre, tos, dolor muscular…) llevadlos al médico y no al colegio. Más vale prevenir, que curar. 

 

Y llegamos al que para mí, es uno de los puntos clave y que más rabia me ha dado ver durante todo este verano… El cuidado del profesorado. 

 

Durante estos meses, he visto verdaderas barbaridades de personas que trabajan en el mundo educativo. Profesionales que deberían dar ejemplo, al ver cómo se está poniendo de turbio el asunto educativo, han sido capaces de olvidar la situación en la que nos encontramos y la gravedad de la misma. Fiestas, botellones, celebraciones, reuniones y un largo sin fin de actuaciones que se han llevado a cabo en este periodo estival por la población en general, y en muchos casos por profesores que luego se van a exponer frente a su grupo de alumnos y a un centro entero, que dan lecciones de moralidad, quieren que todo esté con las medidas pertinentes y exigen a la administración seguridad y protección. Personas que no han sabido actuar en consecuencia. En la gran mayoría de casos, eventos sin mascarilla. ¿Por qué? Si preguntas, muchas de esas personas contestan la misma respuesta: Es mi círculo. Siento deciros que estáis equivocados. El círculo cada vez se hace más grande,   como lo que ocurre al tirar una piedra en un estanque. Piensa con quién te has juntado en esta última semana, y esas personas también con las que se han podido juntar… Ya no solo es tú círculo. Cada vez que os reunís, y no hablamos ya de si sois más de las personas permitidas o si lleváis o no la mascarilla, os exponéis a vosotros mismos, a vuestras familias, amigos y por consiguiente a vuestro trabajo y a todo lo que ello conlleva. No os olvidéis que esto es lo que os da de comer y mantiene vuestra economía. Volvemos al principio… ¿No os acordáis de lo duro que ha sido trabajar desde casa? ¿No os acordáis de lo difícil que ha sido ser accesible a todo nuestro alumnado? ¿No os acordáis de todo el tiempo encerrados? ¿No sois conscientes del riesgo que tienen todos esos encuentros? ¿Y de las personas con problemas de salud que tenéis a vuestro alrededor? O simplemente… ¿No sois conscientes de que ponéis en riesgo a vuestros mayores? Cómo he dicho a lo largo de este post, creo que éramos las personas, junto con los sanitarios, que más ejemplo deberíamos de dar. Y sí, hablo en pasado, porque ahora mismo, el ejemplo ya está dado. Con todo esto no quiero decir, ni que se malinterpreten mis palabras, que no salgamos a pasear, a tomar algo, que no nos reunamos con amigos/familia. Lo que me gustaría haceros llegar, y que os hiciera reflexionar, es sobre el cómo, el cuando, el dónde y el con quién. No todo vale. Los círculos cada vez son más grandes y el bicho vuelve a estar cada vez más presente. Si te pasa algo en el colegio, no culpes a la Administración. Reflexiona sobre tus actos antes de hacerlo, y sé sincero contigo mismo y con los demás.

 

Este verano me ha dado mucho que pensar. Lo empecé siendo demasiado optimista, pensando que todo esto nos haría mucho más solidarios, empáticos y responsables. A día de hoy, soy consciente de que me equivocaba. Todos hemos errado alguna vez durante esta situación, pero de los errores se aprende, si se quiere aprender, y sobretodo, si de verdad queremos salir de ésta, tener un trabajo estable, conseguir una economía sostenible, y poder vivir, recapacitemos y seamos responsables, por favor. Hay mucho en juego.

 

Empieza la cuenta atrás. Nos vemos en las aulas. 

diumenge, 26 d’abril del 2020

Los verdaderos héroes y heroinas

Hoy, domingo 26 de Abril, es un día histórico en nuestro país. 

Casi dos meses después del inicio del Estado de Alarma en España, los niños/as vuelven a salir a la calle, y no hay mejor día que hoy, para volverme a sentar a escribir frente la pantalla de mi ordenador. Esta vez, es más especial si cabe. En estos momentos, me encuentro en el balcón de mi casa, con un poleo calentito, y de fondo suenan los acordes de la mejor canción de la historia. Melodía compuesta por los más pequeños y pequeñas de nuestras casas, familias, calles, barrios, pueblos, ciudades... 

Hace unos días, varias personas me preguntaron sobre mi opinión entorno a la salida de los niños/as a la calle durante la famosa cuarentena. Pues bien, hoy voy a hablar del tema. Creo que ha llegado el momento de hacerlo. 

Todos sabéis mi pasión por la infancia y la educación. Soy una persona que defiende los valores y derechos de los niños/as, y durante esta situación todavía más, pero también sé aceptar y ver los errores que muchas veces se comenten, la mayoría de ellas por falta de responsabilidad. 

Nos equivocamos si pensamos que el gobierno les deja demasiada franja horaria para salir. Señores y señoras, llevan casi dos meses encerrados entre cuatro paredes, sin estirar las piernas, respirar aire puro, correr, pegar cuatro gritos, sin ver a sus amigos presencialmente y no a través de pantallas con las famosas videollamadas, que todos estamos haciendo polvo durante estos días. Llevan más de 40 días jugando solos, entre hermanos, o con sus padres, haciendo deberes (muchas veces sin sentido, pero ese es otro tema), para no perder el ritmo del cole. 

Los niños y las niñas son una fuente de creatividad. La potencia mundial en cuanto a imaginación. Pero necesitan un respiro. Necesitan volver a ser y sentirse niños/as.

Permitidme que reconozca a los niños y a las niñas como LOS VERDADEROS HÉROES. Sí, ellos y ellas son los VERDADEROS HÉROES de esta pandemia mundial. 

Muchas personas os comparáis con los niños, y siento no compartir esa idea. Nunca podemos compararnos con una persona que se encuentra en su pleno desarrollo evolutivo y madurativo. Nosotros, ya tenemos herramientas para poder entender, reconocer y vivir en sociedad. Otra cosa es que queramos usarlas y/o entenderlas. Ya hemos vivido experiencias que nos han ayudado en el proceso de aprendizaje vital. Ellos todavia las están creando, y si a los adultos esta pandemia nos ha venido grande, poneros en la piel de un niño/a y mirar con sus ojos. Los niños/as están viviendo una situación, para la que no están preparados en su corta edad. Respetémoslos. 

Después de leer muchos comentarios en redes sociales y ver los famosos videos que están circulando, de la salida de hoy, sigo pensando lo mismo. Creo que plantear un inicio de la tan esperada desescalada partiendo de los niños/as ha sido y es lo correcto. Ahora bien, lo que no es lo correcto es la falta de empatía, responsabilidad, civismo, solidaridad, tolerancia, respeto, humildad... y un largo etc que muchas familias han tenido y seguirán teniendo. NO es culpa de que salgan los niños/as a la calle. El problema viene de la educación y de los valores que hay en las casas. El problema viene de los adultos. 

Como bien comentaba con unas amigas hace un rato, no podemos pretender que los niños/as actúen con la responsabilidad que se les pide, por un bien común y social, si los padres no dan ejemplo. Nosotros, las personas adultas, somos el espejo donde los más pequeños/as se miran. Ellos nos copian, porque piensan que todo lo que hacemos está bien hecho. Así que por favor, empecemos a no mirarnos el ombligo y ser más responsables de nuestros actos, por el bien propio, de nuestra familia, amigos y de la sociedad. 

Es sencillo: CIVISMO, RESPONSABILIDAD, EDUCACIÓN, SOLIDARIDAD Y RESPETO.

Esa es la clave. 

Las medidas sanitarias a seguir para conseguirlo son claras:
1. Un adulto con máximo tres niños (hasta 14 años). SÓLO UN ADULTO.
2. Distancias de seguridad de 2m.
3. Salidas de máximo 1h, y dentro de la franja horaria establecida: 9h-21h
4. No desplazarse más de 1km. ¡¡ NO ES NECESARIO !!
5. No utilizar el mobiliario público (parques, bancos...)


Pero además, por lógica y sentido común, deberíamos de ir todos con mascarillas y guantes, tanto adultos como niños, como medida sanitaria y de seguridad. 

Salgamos a la calle, demos un paseo por el barrio, tomemos el sol, quedemos con algunos amiguitos para que de acera a acera puedan verse y hablar, vayamos a ver a familiares que vivan cerca (eso sí, unos desde la ventana y otros en la calle)... Hagámosles más fácil la cuarentena a nuestros pequeños/as, pero CON CABEZA

Otro tema candente, está siendo que este inicio de desescalada se haya realizado un domingo. Bajo mi humilde opinión, no ha sido un error. Está bien pensado. Los fines de semana, y sobretodo los domingos, son días de conciliación familiar, y es cuando tanto padres/madres e hijos/as, pueden disfrutar juntos. Los nanos necesitan salir con sus padres a la calle, ya que éstos son su referente directo. Y lo necesitan muchísimo más, después de estar encerrados casi dos meses entre cuatro paredes. Ellos son los únicos que les hacen sentirse seguros y capaces de "volver a la normalidad". 

Como he dicho antes, el problema radica en la educación familiar y los valores que los padres transmiten

Estoy segurísima, de que muchos de los niños/as que hoy han salido o van a salir a la calle, tienen más precaución y seguridad que sus propios padres. Pensamos que no saben la importancia de lo que está ocurriendo, y después de la maduración exprés que han experimentado en esos cuerpecitos, lo entienden a la perfección. Incluso han habido rechazos para salir a la calle, propios del miedo y preocupación social que existe. 

Que continue la desescalada, podamos salir de casa, volver a la rutina del trabajo, que no hayan más contagios, ni muertes, ni suba la curva... depende de las medidas de protección sanitarias y de la responsabilidad de cada uno, pero sobretodo, y en este caso, de las familias. 

Debemos de demostrar que estamos capacitados para empezar la desescalada. Tenemos de explicarles a nuestros nanos (si no se ha hecho todavía, cosa que debería de haberse hecho ya...) la situación en la que nos encontramos y lo que ésta conlleva. Los niños/as no son tontos, y lo entenderán, por muchas ganas de jugar con los amigos, de ir al parque, volver a ver a sus compis de clase... que tengan. 

Si queremos hacer las cosas bien, pongamos nuestro granito de arena, pero por favor, NO EN CONTRA DE LOS NIÑOS/AS

Recapacitemos. 



Y no nos olvidemos, LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS SON LOS VERDADEROS HÉROES







dimecres, 1 d’abril del 2020

HOY ES EL DÍA


Quería sentarme a escribir tranquilamente, desde hace mucho tiempo, pero siendo sincera he priorizado otras cosas. 

Hasta hoy. 

Estamos viviendo una situación que nunca habíamos imaginado. Nadie pensaba que llegaríamos a estar encerrados 19 días en casa por culpa de un maldito bicho que nos debilita poco a poco en algunas ocasiones, y en otras lo podemos tener de manera asintomática. 

Nunca antes nos habíamos visto en esta situación. Nunca antes habíamos tenido que dejar a un lado nuestros puestos de trabajo para trabajar desde casa, aquellas profesiones que pueden hacerlo. Nunca antes habíamos estado tan lejos de los nuestros y de sus besos y abrazos.

¿Y por qué escribo ahora? ¿Por qué hoy he decidido sentarme frete al ordenador y volver a disfrutar de algo que me llena y me da vida? 

Pues bien, todo tiene un porqué y en esta ocasión no iba a ser menos. Hoy por “desgracia” no me siento feliz al sentarme frente al ordenador, con el folio en blanco y teniendo claro aquello que quiero plasmar. No. Hoy estoy cansada y a la vez triste. 

Quienes me conocéis, sabéis que soy una luchadora nata. Defiendo mis ideas y mis principios como la que más. Soy ecuánime y justa. Así que ha llegado el momento. Hoy es el día. 

Estoy cansada de leer en muchas publicaciones, redes sociales, artículos, noticias… que los maestros/as estamos de vacaciones. Eso no es verdad. Es una mentira como una catedral. Nuestra profesión, por suerte, se vive al instante. Es un día a día continúo de aprendizaje de emociones. Como he dicho antes, nadie pensaba que llegaríamos a vivir un momento tan duro como el que estamos teniendo estos días en nuestra ciudad, comunidad, país, continente e incluso en el mundo entero. 

Nosotros, los maestros/as, desarrollamos nuestra labor en las aulas. Esto no quiere decir que, aquí viene otro de los tópicos de nuestra profesión, cuando acaba nuestra jornada laboral no hacemos nada. Y que en los periodos de vacaciones estamos tomando el sol, una cerveza o simplemente leyendo a la bartola. No señores y señoras. Los maestros/as somos mucho más y vamos siempre un paso hacia delante.

Dedicamos las 24h del día a pensar actividades, propuestas, dinámicas, hacer materiales… para luego llevarlos a la práctica. ¿Quién de aquí no ha tenido una idea duchándose? ¿A quién no se le ha ocurrido una nueva actividad para realizar con sus alumnos estando de viaje? ¿Y fregando los platos? ¿O andando por la calle? 
Somos la perfecta definición de vitalidad. Estamos vivos. Incluso cuando nos vamos a dormir, muchas veces tenemos que levantarnos a apuntar nuevas ideas o grabarlas como nota de voz. 

Y muchos/as os preguntaréis, ¿por qué todo esto? La respuesta es bien fácil. Nos apasiona nuestro trabajo. Nos gusta lo que hacemos. Y hoy necesitaba recordarlo.

Como bien he dicho, estoy triste. Ahora mismo, con los 19 días que llevamos de cuarentena, y los que todavía nos quedan por vivir, la docencia está muy desprestigiada. Muchos/as se piensan que estamos en casa vacaciones modo ON, que nos despertamos a las 12 todos los días, nos tiramos en el sofá con una cerveza o refresco y a ver el día pasar, y no saben que seguimos trabajando. Con esta situación que estamos viviendo, muchos/as docentes hemos tenido que reinventarnos. Otros, nos hemos actualizado en el mundo de las nuevas tecnologías. E incluso están los que todavía prefieren mandar las tareas pertinentes del libro de texto. Todo es válido. Pero sobretodo, todo es respetable, ya que cada docente tiene su forma de trabajar, su metodología personal y propia. Como se suele decir: “Cada maestrillo, tiene su librillo”.

Pero debemos de recordar y ser conscientes que el material que enviamos a las familias para que nuestro alumnado pueda seguir el transcurso de su proceso de enseñanza-aprendizaje durante esta situación, no debe de ser excesivo, ni agobiante, pues ahora más que nunca, debemos de mantener esa unión, relación, confianza y apoyo entre familia-escuela, siendo nosotros los que facilitemos esta nueva etapa de nuestras vidas. 

Las propuestas que se envíen además, deben de estar bien explicadas. Por favor, no somos todos iguales y debemos procurar que se entiendan los objetivos planteados. 

Nosotros/as, durante esta cuarentena, seguimos programando, creando materiales que sean accesibles para todo nuestro alumnado, ahora más que nunca. Los maestros/as seguimos reuniéndonos vía Skype, zoom, videollamadas de cualquier tipo. Continuamos con nuestros claustros, formación, evaluaciones. 

Todo sigue adelante. 

Así que por favor, por nosotros/as, por vuestros hijos/as que son el presente y el futuro de nuestra sociedad, no hagáis ese tipo de comentarios sobre esta profesión que tantos beneficios da. Porque os recuerdo que… ¿Quién sería abogado sin un profesor que le enseñara? ¿O médico? ¿Y arquitecto? 

Los maestros/as siempre han estado ahí. Estamos ahí. Estaremos ahí. En las duras y en las maduras. En lo bueno y en lo malo.

No caigáis en el tópico típico comentario, aunque esté claro que siempre hay excepciones. Pero hacedlo por el resto. 

Os pido por favor, de nuevo, que no desprestigiéis la labor de un/a docente. Y mucho menos, en esta situación tan extravagante que todos estamos viviendo. 

Después de todo esto, vuelvo a sonreír y a pensar en lo afortunada que soy por tener, bajo mi punto de vista, la profesión más bonita del mundo. 

dimecres, 15 de gener del 2020

La Educación Inclusiva, ¿ficción o realidad?

¡Hola a todxs! ¡Siiiiiiiiiii, he vuelto!

Llevo varias semanas pensando en sentarme a escribir, pero como bien dice Lucia Be, “no me da la vida”

Pero hoy ha llegado el momento de hacerlo. Sonando “All of me” de Jonh Legend de fondo, he querido sentarme y volver a retomar algo que siempre me hace feliz, escribir. 

Lo primero, y antes de adentrarnos en una nueva aventura en esto del mundo del interino, ¡Feliz año! Empezamos década, y la verdad, no podía haber empezado mejor. Rodeada de los míos, de aquellos que estaban, de los que están y de los que han llegado, y a nivel laboral, mejor imposible. 

Así a lo tonto, ya llevo 4 meses en el cole. ¡Quién lo diría! Si parece que fue ayer cuando empecé en ese pueblecito de la provincia de Valencia, donde el ambiente de pueblo, la cultura y la tradición valenciana predomina por encima de cualquier cosa. 

Pero hoy no voy a hablaros de lo bien que me lo he pasado durante este tiempo, de la relación con mis compañeros/as, de lo fácil que me lo ponen cada día mis alumnos/as, o de lo que me gusta mi profesión. No, en esta nueva entrada, me gustaría hacer una reflexión sobre uno de los temas que tan de moda están en el mundo educativo: la inclusión. 

Según la RAE en su primera definición, incluir significa:
1.   tr. Poner algo o a alguien dentro de una cosa o de un conjunto, o dentro de sus límites.

Hasta ahí, todo claro ¿no? Continuemos para bingo entonces. 
Relacionando este concepto con la educación, surge la tan de moda Educación Inclusiva. Y digo tan de moda, porque se nos llena la boca, a todos los maestros/as, cuando decimos que vivimos en un momento dónde la renovación pedagógica y metodológica están a la orden del día.
Venga y ahora la verdad. No todo es color de rosa, aunque si fuera un color, para mi lo sería naranja, claro está. 
Por mucho que digamos que somos inclusivos, que la educación que se está impartiendo respeta los diferentes ritmos de aprendizaje del alumnado, que el respeto, la tolerancia, la empatía y la diversidad son los pilares fundamentales de nuestro sistema educativo actual, MEC, ERROR. No es verdad. Sé, y soy consciente, que no puedo generalizar. No todos los maestros/as son de los que hablan mucho y hacen poco. Muchos no son “perros ladradores, poco mordedores”, pero desgraciadamente, todavía podemos encontrarnos a docentes con este punto de vista y manera de educar.
La sociedad evoluciona y avanza cada día, qué digo cada día, ¡cada minuto!, y nosotros/as avanzamos con ella. Por tanto, la educación también debe de hacerlo, incluyendo valores y aspectos que siempre han estado, pero gracias al progreso social que hemos vivido y estamos viviendo ahora mismo, han pasado de estar escondidos y olvidados en un rincón, a ser los verdaderos personajes protagonistas de esta nueva puesta en escena educativa. 
Incluir significa contar con todos y cada uno de nuestros alumnos/as. No nos tenemos que guiar por las etiquetas y los diagnósticos, aunque nos faciliten el trabajo, sobretodo en mi caso. Lo que verdaderamente es importante, y deberíamos de saber valorar, son las capacidades, competencias y posibilidades del alumnado. En resumen, conocer a nuestro alumno/a a la perfección. Conocerlo por nuestra experiencia propia y no por lo que dice o deja de decir un papel, otros compañeros/as que lo han tenido en su clase…
Nosotros, los adultos, y sobretodo los docentes en este caso, debemos de ofreces una educación de todos y para todos, respetando la diversidad de alumnado en el aula. A todos no nos gustan los mismos colores, las mismas películas, los mismos sabores de helado… Entonces yo me pregunto… ¿Y por qué tenemos que ser todos iguales? ¿Por qué en el ámbito educativo no respetamos esta diversidad? ¿Por qué podemos llegar a ser y somos tan excluyentes con el alumnado con necesidades educativas especiales? ¡Joder!  Perdonadme la palabra, pero es que el tema se las trae. 
En la Constitución Española (concretamente en su artículo 27, así repaso legislación para la oposición jajaja) queda explícito de manera clara y concisa: 

1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales

Por tanto… ¿Por qué todavía existen docentes que se empeñan en no respetar e incluir a este alumnado en sus prácticas docentes? ¿Por qué hacen presente y visible sus diferencias, necesidades y limitaciones? Lo que deberían de hacer es aceptar a cada alumno tal y como es, y plantear dinámicas, propuestas, actividades, juegos… flexibles, abiertas, donde todo el mundo pueda participar sin ser nadie excluido. 
Puedo sonar muy radical, pero este tema me enciende, de verdad… Únicamente se necesitan ganas de hacerlo, y eso, es lo más importante. ¡No es tan difícil!

Os dejo reflexionar sobre el tema… Creo que es bastante importante ser críticos y realistas en este momento con la educación que estamos impartiendo al presente y futuro de la sociedad. ¿Qué es lo que queremos? Por ahí deberíamos de empezar todos… 

dilluns, 18 de novembre del 2019

Lo siento, a día de hoy no entiendo chino...

Parece que me hablen en chino...

Ya ha pasado mes y medio desde que llegué a mi destino de este curso escolar. El tiempo pasa volando, y todavía más cuando estás haciendo lo que más te gusta y lo disfrutas. Podéis llamarme loca, pero reconozco que me sabe a poco… Sí, soy muy feliz en mi trabajo, ¿qué le vamos a hacer? 

Pero a lo que iba… Qué si no, me voy por las ramas… 

En este mes y medio, me he dado cuenta de lo difícil que está la accesibilidad a la información administrativa, sobretodo en mi ámbito, en la educación. En vez de facilitarnos las cosas, y explicarlo todo “para burros”, como bien dice mi padre cuando se enfada, parece que se diviertan haciéndolo difícil y sacando a las personas de quicio. 

El otro día, en uno de los Claustros del cole, parecía que me hablaban en chino. No entendía nada de lo que estaban explicando, y según las caras del resto de mis compañeros/as, no era la única. Después de Ítaca, programa para el profesorado, llegó Ovidoc, y él trajo consigo muchos más conceptos que si os soy sincera a día de hoy no soy capaz de recordar los nombres si no miro la libreta donde me los apunté… 

Pero… ¿por qué no nos hacen un glosario cual diccionario con todos los términos, y además un tutorial de cómo acceder y usarlos?

Ese mismo día, cuando llegué a casa del cole, y después de descansar un rato, me senté frente al ordenador, con la libreta delante para empezar a averiguar. Trasteando, llegué a uno de los programas, y de ahí no supe pasar. Entrar con certificado o clave, que si clave de entrada, que si firma digital, que si dni, nombre de usuario, contraseña, acceso denegado, cambie la contraseña, ha perdido su cuenta de acceso? ¿Qué? MARE MEUA DE CAMPANAR!! ¡¡Qué follón!!

Total, al día siguiente decidí volverlo a intentar… Incluso le pregunté a una compañera con la que me llevo muy bien, y nada, el resultado fue el mismo que la tarde anterior. 

Hoy, quince días después, y habiendo preguntado, sigo teniendo dudas… ¿Cómo quieren que hagamos accesible el sistema educativo si ni ellos nos lo ponen fácil a nosotros? Y os lo dice una maestra pro inclusión… 

Seguiré intentando descifrar mi mar de dudas… Ya os contaré como queda este asunto… 

Pero por ahora… Parece que me hablen en chino…

divendres, 1 de novembre del 2019

Un mes


Un mes. Quasi ha passat un mes des del meu inici en aquest nou destí i encara no m’ho crec.

Tanque els ulls i recorde totes les vivències viscudes al llarg d’aquest temps. Tanque els ulls i recorde tots els moments què m’han regalat els meus alumnes. Tanque els ulls i recorde tot allò què he aprés, tant positiu com per a millorar com a docent. Tanque els ulls, i fins i tot, recorde l’aroma de la meua aula, del centre. Aroma a aprenentatge, a coneixements, a diversió, a amistat, a respecte i tolerància. Aroma a jocs, a llibres, a ganes, il·lusió i motivació. En definitiva, aroma a VIDA.

Aquest mes ha sigut un dels més especials de la meua vida. He pogut créixer com a docent i com a persona alhora.

I sabeu què? Sóc feliç. A l’escola sóc molt feliç. Què dic molt! Moltíssim! Sé que com totes les professions, tindré dies roïns i dies bons, dies tristos i dies alegres, dies cansada i dies descansada...però malgrat això, em considere la persona més afortunada del món per fer allò que m’agrada.

En aquest mes, he conegut a companys/es meravellosos/es, he anat de dinaret cada dijous a la llar dels jubilats del poble, he fet pinya amb l’equip docent i directiu del centre, he ampliat els meus coneixements sobre els patis coeducatius i actius, m’he tacat de pintura per pintar jocs al pati, he creat molts materials, m’he “menjat en creïlles” les fundes de plastificar, he hagut de tirar mà a llibres de formació per tal d’ampliar els meus coneixements, he programat, m’han trastocat la programació...

I sabeu què? Fer 170km al dia, 340km a la setmana i 1.360km al mes, han valgut la pena. Tots eixos KM han valgut molt la pena per fer feliç i ensenyar a aprendre, i sobretot per fer-me feliç i ensenyar-me a mi a ser millor docent i persona.

Tant de bo continue tot així!

Ai... Acabe d’adonar-me... He escrit la publicació en valencià!! Això ja ve de sèrie... Per què serà?

Fins prompte!

Qué duro es decir adiós, pero que injusto es en esta ocasión.

  Quien me conoce, sabe que no me gustan las despedidas. Soy una persona muy sensible de lágrima fácil. Decir adiós nunca fue fácil, pero lo...