Domingo 23 de agosto de 2020. Tan solo a 8 días para que el profesorado vuelva a los centros educativos para dar el pistoletazo de salida a un nuevo curso escolar. 6 días después de esa nueva apertura de las escuelas, volverán a llenarse de vida. Pero… ¿estamos preparados para ello?
Soy maestra, y ejerzo, tengo 27 años, estoy viviendo un hecho histórico (covid19), y tanto como persona, como profesional educativa, os puedo responder según mi experiencia y criterio. No. No estamos preparados para afrontar esta nueva normalidad. No. No estamos preparados para dar comienzo a un nuevo curso. No estamos preparados para volver a trabajar, ni de manera presencial, ni online. Sí, el sistema educativo está totalmente desfasado y caducado.
Por lo que respecta a “la nueva normalidad”, desde que entramos en ella, no he hecho más que llevarme sorpresas y decepciones. Como persona joven, me da mucha rabia ver la falta de respeto, educación, civismo y solidaridad que, sobretodo, el grupo de población al que pertenezco, gente joven, está llevando a cabo este verano. A mi me hubiera encantado “vivir en la calle”, rodeada de mis amigos, salir todos los días, hacer fiestas, cenas, pegarnos cuatro bailes y bebernos unos gintónics al ritmo de una verbena de pueblo. Pero no. Este verano no tocaba. Este verano no toca.
¿Nadie se acuerda de los 3 meses que hemos estado encerrados en casa? ¿Nadie recuerda lo duro que ha sido no ver a la familia tanto como queríamos? ¿Nadie es consciente de las grandes pérdidas económicas que hemos sufrido? ¿Por qué no queremos ver todas las muertes, infectados, intubados, personas en UCI, neumonías… que ha habido?
Me parece muy egoísta y peligrosa esa postura. ¡Ya vendrán veranos mejores! Volveremos a brillar bajo el cielo estrellado de los meses de julio y agosto. Volveremos a reunirnos con todos y cada uno de nuestros amigos. Volveremos a hacer escapadas para desconectar y cargar pilas. Volveremos a disfrutar de unos chupitos en la barra del bar del pueblo, en una noche de verbena. Pero por favor, respetemos. Seamos personas cívicas y solidarias. Hace falta un poco más de humildad y menos egoísmo si queremos salir de ésta “sanos y salvos”. Mirad en vuestras familias y grupos de amigos. Seguro que hay alguna persona de riesgo, alguien que ha mantenido su trabajo de manera online como ha podido, más de uno en erte o en paro, y sobretodo, personas que su economía pende de un hilo por el maldito bicho. En nuestras manos está el acabar con esta pandemia mundial, o en convivir con ella mucho tiempo…
En relación con la “nueva normalidad” educativa, tengo varias preguntas… ¿Es culpa de la Administración que puedan surgir nuevos casos de Covid en los centros? ¿Están los centros preparados para la vuelta al cole en apenas 15 días? ¿Las familias se han cuidado este verano y han tomado todas las medidas higiénico sanitarias y de seguridad necesarias para combatir al bicho? Y para mí, una de las más importantes, después de ver el panorama en círculos cercanos… ¿Los profesores/maestros, han respetado el estado en el que estamos, cuidándose, no haciendo barbaridades, tomando las precauciones básicas y necesarias?
Seguro que en muchas discreparemos, pero ahí van mis respuestas. Os contesto una a una.
En relación con si la Administración, la Conselleria de Educación o el Gobierno Nacional va a ser culpable de los nuevos casos que puedan surgir en las aulas, considero que la respuesta está en un 50%. Por un lado, si no han sabido gestionar durante este tiempo el inicio del nuevo curso escolar, no han ofrecido las medidas pertinentes a tiempo, y no a días de abrir las puertas, no garantizan los recursos materiales, higiénicos y personales necesarios, parte de culpa tienen. Destaco sobretodo los personales, ya que creo que ahora más que nunca, es necesario contar con un gran equipo de profesionales que puedan garantizar todo lo anteriormente citado. Por el contrario, pienso que se ha trabajado para conseguir una nueva normalidad en las aulas. Eso no lo pongo en duda.
Pero… siempre quedan flecos sueltos. Por tanto, debemos respetar y no lincharlos. Si queremos cambiar y que todo transcurra con la mayor normalidad y seguridad posible, trabajemos codo a codo para conseguirlo. Es muy fácil criticar desde el sofá de casa, con una cerveza en la mano. Pongamos de nuestra parte.
En cuanto a si los centros están preparados… Vuelven a surgirme dudas. Por experiencia, y conocimiento, sé de algunos casos que sí. Desde que decretaron el Estado de Alarma, en muchos han estado formándose, adaptándose y creyendo en una nueva normalidad ajustada a las necesidades actuales. Formación del equipo docente y no docente; revisión, limpieza y adaptación de los espacios para que sean seguros y cumplir con las normativas… Muchas han sido y son las medidas que algunos centros están tomando. El problema viene en los que se han acomodado y han estado a la espera de lo que dictaran desde la Administración en vez de adelantarse y empezar a cambiar el chip. Con ello consiguen un mayor desprestigio a nuestra profesión, y además, tiran todo el trabajo realizado por el resto de personas interesadas e involucradas en las mejoras del sistema para hacer de la vuelta al cole, una vuelta segura en todos los sentidos.
Uno de los puntos peliagudos de este inicio de curso, viene de la mano de las familias. Supongo que habréis leído más de un artículo, publicación en redes, o simplemente habréis escuchado alguna noticia de cualquier informativo sobre la opinión de muchas familias. Es hora de mojarse. ¿Pensáis que los niños/as están mejor en casa? Vale… Bien… ¿Pero qué hacéis con ellos? Ya os lo digo yo… Vais al parque donde juegan con más niños, intercambian juguetes, se tiran por toboganes que no están desinfectados, beben agua de las fuentes públicas… Cosas de niños. Eso está claro. Pero… Si tanto miedo da que vayan a los colegios, no puedo llegar a entender ni a compartir que además de ir a los parques, los cuales son potenciales focos de infección, también estén rebozándose por el suelo de centros comerciales, tocando prendas de ropa que vete tú a saber quien las ha tocado, si estaban desinfectadas o no, o incluso los exponéis todavía más acudiendo a playas, terrazas, bares, piscinas o reuniones con amigos. ¿Sigo? ¿Seguís pensando que los centros educativos son el mayor foco de infección? ¿Todavía pensáis que están mejor en casa? ¡Venga ya! Reflexionad sobre el asunto… Como se dice en mi casa, “no es moco de pavo”. Los niños/as donde mejor están es en los centros educativos, y no solo por todo lo que acabo de citar, si no también porque necesitan recibir una educación adecuada y en condiciones, individualizada, con todos los recursos necesarios y ajustada a las necesidades de cada alumno/a y socializar con su grupo de iguales. Y eso, siento deciros, únicamente se puede ofrecer en la Escuela. Así que por favor, no hagáis tonterías. Dejaros de historias del tipo “no voy a llevar a mi hijo al colegio”, “el colegio no es un espacio seguro”, y muchas más porque no son ciertas y lo único que conseguís difundiéndolas es hacer mucho más daño a uno de los sectores más necesarios del mundo: LA EDUCACIÓN. Está claro que el riesgo está ahí, pero todavía es más presente si no se toman las medidas adecuadas y se acentúa el como ya no estamos encerrados…“vale todo”. Eso sí, por favor, al primer síntoma (fiebre, tos, dolor muscular…) llevadlos al médico y no al colegio. Más vale prevenir, que curar.
Y llegamos al que para mí, es uno de los puntos clave y que más rabia me ha dado ver durante todo este verano… El cuidado del profesorado.
Durante estos meses, he visto verdaderas barbaridades de personas que trabajan en el mundo educativo. Profesionales que deberían dar ejemplo, al ver cómo se está poniendo de turbio el asunto educativo, han sido capaces de olvidar la situación en la que nos encontramos y la gravedad de la misma. Fiestas, botellones, celebraciones, reuniones y un largo sin fin de actuaciones que se han llevado a cabo en este periodo estival por la población en general, y en muchos casos por profesores que luego se van a exponer frente a su grupo de alumnos y a un centro entero, que dan lecciones de moralidad, quieren que todo esté con las medidas pertinentes y exigen a la administración seguridad y protección. Personas que no han sabido actuar en consecuencia. En la gran mayoría de casos, eventos sin mascarilla. ¿Por qué? Si preguntas, muchas de esas personas contestan la misma respuesta: Es mi círculo. Siento deciros que estáis equivocados. El círculo cada vez se hace más grande, como lo que ocurre al tirar una piedra en un estanque. Piensa con quién te has juntado en esta última semana, y esas personas también con las que se han podido juntar… Ya no solo es tú círculo. Cada vez que os reunís, y no hablamos ya de si sois más de las personas permitidas o si lleváis o no la mascarilla, os exponéis a vosotros mismos, a vuestras familias, amigos y por consiguiente a vuestro trabajo y a todo lo que ello conlleva. No os olvidéis que esto es lo que os da de comer y mantiene vuestra economía. Volvemos al principio… ¿No os acordáis de lo duro que ha sido trabajar desde casa? ¿No os acordáis de lo difícil que ha sido ser accesible a todo nuestro alumnado? ¿No os acordáis de todo el tiempo encerrados? ¿No sois conscientes del riesgo que tienen todos esos encuentros? ¿Y de las personas con problemas de salud que tenéis a vuestro alrededor? O simplemente… ¿No sois conscientes de que ponéis en riesgo a vuestros mayores? Cómo he dicho a lo largo de este post, creo que éramos las personas, junto con los sanitarios, que más ejemplo deberíamos de dar. Y sí, hablo en pasado, porque ahora mismo, el ejemplo ya está dado. Con todo esto no quiero decir, ni que se malinterpreten mis palabras, que no salgamos a pasear, a tomar algo, que no nos reunamos con amigos/familia. Lo que me gustaría haceros llegar, y que os hiciera reflexionar, es sobre el cómo, el cuando, el dónde y el con quién. No todo vale. Los círculos cada vez son más grandes y el bicho vuelve a estar cada vez más presente. Si te pasa algo en el colegio, no culpes a la Administración. Reflexiona sobre tus actos antes de hacerlo, y sé sincero contigo mismo y con los demás.
Este verano me ha dado mucho que pensar. Lo empecé siendo demasiado optimista, pensando que todo esto nos haría mucho más solidarios, empáticos y responsables. A día de hoy, soy consciente de que me equivocaba. Todos hemos errado alguna vez durante esta situación, pero de los errores se aprende, si se quiere aprender, y sobretodo, si de verdad queremos salir de ésta, tener un trabajo estable, conseguir una economía sostenible, y poder vivir, recapacitemos y seamos responsables, por favor. Hay mucho en juego.
Empieza la cuenta atrás. Nos vemos en las aulas.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada