Si estáis aquí es porque os interesa mi historia. Pues bien, aquí empieza.
Todo comenzó por el mes de Junio de 2016, cuando me encontraba a escasos días de acabar mis estudios universitarios. Fue en ese momento, cuando me planteé qué hacer con mi vida después de los cinco años de Universidad. Fueron 5 sí, ya que estudié dos carreras universitarias: Magisterio de Educación Primaria con la Especialidad en Pedagogía Terapéutica y Magisterio de Educación Infantil.
En ese año, decidí que una vez pasado el merecido verano de descanso y desconexión, empezaría a estudiar oposiciones. Por esas fechas se rumoreaba que para Junio de 2017 habrían oposiciones para el cuerpo de maestros, por eso acudí a Educare Centro de Oposiciones (Campanar, Valencia) para inscribirme en las clases de la Especialidad de PT.
Llegó Septiembre, y hacia mitad de mes, empezaron las clases. Recuerdo el primer día de opositora como si fuera ayer. Después de casi 4h de explicaciones sobre el mundo de la oposición, cómo iban a ser las clases... salí llorando y muy asustada junto a dos compañeros más de la universidad, con los que había decidido empezar esta nueva aventura.
En casa, mis padres se preocuparon al verme llegar, ya que me considero una persona con los pies en el suelo, muy trabajadora y responsable, y además, muy buena estudiante. La preocupación llegó cuando les dije, con lágrimas en los ojos, que no iba a ser capaz de sacarme la oposición. No estaba preparada.
Después de varias conversaciones en los días posteriores con mis padres, familiares, amigos y conocidos que ya sabían lo que significaba opositar, decidí ser valiente y ver las cosas desde otro punto de vista. Iba a opositar y estaba preparada para ello. ¿Nadie dijo que fuera fácil no?
La segunda sesión fue todo mucho más fácil. Eva, mi profesora, entró con una sonrisa de oreja a oreja y antes de empezar nos propuso hacer "terapia de grupo", pues como comentó, sabía que el primer día había sido duro, conocía nuestros nervios y miedos, y nos quedaban todavía muchos lunes por vivir juntos.
Pasaron los meses y no habían noticias sobre la fecha dónde se desarrollaría el proceso de oposición del año 2017. No fue hasta Febrero, cuando supimos que ese año no habrían oposiciones en la Comunitat. Después de estar desde Septiembre, todos los lunes yendo a clase, y el resto de días entre apuntes, esquemas, posits, fosfis... No habrían oposiciones. Esta noticia cayó como agua de Mayo en la academia, en casa y sobretodo en mi día a día.¿Qué iba a hacer? ¿Seguía estudiando y preparándome aún sabiendo que no iban a haber oposiciones este año? ¿Desistía y me centraba en buscar trabajo de lo mío en coles privados/concertados? Finalmente, decidí continuar con la misma marcha. Continue con la misma rutina día tras día, preparándome y llevándolo todo al día.
Llegó Julio de 2017 y, después de ver una vacante de PT en "LA NOSTRA ESCOLA COMARCAL" decidí tirar el anzuelo y probar. Pasé las dos entrevistas y, por suerte, llegó esa llamada telefónica dónde me decían que había sido elegida para formar parte del Gabinete Psicopedagógico del cole para el próximo curso. No sabía si reír, llorar, gritar, saltar... Estaba taaaaaaan feliz por poder trabajar en una cooperativa referente en el mundo educativo, dónde la lengua valenciana y la inclusión son dos de los pilares fundamentales que sustentan el proyecto educativo que se lleva a cabo...
En Septiembre de 2017, empecé en "LA COMARCAL" como PT en la etapa de educación infantil. Mucha era la responsabilidad que tenía entre mis manos, pero no iba a desaprovechar la oportunidad que me dieron de poder disfrutar haciendo aquello que más me gustaba, enseñar y hacer feliz. Durante todo el tiempo que estuve, un año entero, fui la persona más feliz del mundo. No solo enseñé todo lo que estaba en mi poder, sino que aprendí muchísimo más. Tuve el placer de compartir experiencia junto a compañeros/as muy profesionales, los cuales me dejaron "nutrirme" de sus vivencias y aprendizajes. Pero si me tengo que quedar con alguien es con mi compañera Esther. Una gran referente para mí. Sin ella, todo hubiera sido de color gris, sobretodo cuando decidimos contar al equipo directivo del centro, que íbamos a opositar. Los días posteriores de saber la noticia, no fueron fáciles para ninguna de las dos, pero juntas, supimos superarlos con éxito.
Muchos/as os preguntaréis que por qué decidí continuar con los estudios del temario de la oposición si tenía trabajo. Pues bien, al tratarse de un centro concertado, no me aseguraban continuidad hasta el mes de Julio, y yo no quería estar en el sin vivir de tener o no tener trabajo para el próximo curso.
En pleno proceso de oposición, me reunieron para valorarme en el cole, y la verdad, después de entrar bastante asustada, ya que iban a valorar el trabajo que había realizado durante todo el año, salí feliz. Me ofrecieron quedarme un año más con las mismas condiciones. Con lo sentimental y de lágrima fácil que soy, lloré como una magdalena. Pero no pude aceptar la oferta en ese mismo momento, pues no me parecía ético estar opositando y aceptarla sin saber cómo iba a quedar. Mi respuesta fue: "Cuando sepa cómo quedo, os lo comento." Muy a mi pesar, tuve que darles las gracias por todo el año vivido y por dejarme crecer tanto como maestra, como persona, ya que aprobé la oposición y a partir de ese momento mi vida laboral dependía de La Bolsa de la Escuela Pública.
Recuerdo una anécdota del cole con mucho cariño. llevaba varios meses, casi un trimestre entero, trabajando con un alumno la grafía de las letras, diagnosticado como TEA (Trastorno del Espectro Autista). Era un nano muy listo. Sabía leer a cu corta edad, reconocía las letras y sabía diferenciarlas en las palabras, pero no era capaz de escribirlas. Cuando escribía su nombre, o cualquier otra palabra, hacia "redolinets". Estos, eran círculos de diferentes tamaños que simulaban las letras. Pues bien, después de trabajar la grafía de las letras, partiendo de las de su nombre, con diferentes materiales y recursos (cuños de letras, plastilina, lana, arena, sal, mediante TICS, tizas...) llegó el día dónde Carles me pidió escribir su nombre. En ese momento no dudé ni un segundo y le ofrecí un folio y un rotulador. Él cambió de rotulador y cogió uno de color rojo, su preferido, y se dispuso a escribir. Cuando ví que empezaba a "dibujar" la primera grafía de la C, las lágrimas empaparon mis ojos. No paré de llorar hasta que acabó la sesión y volví súper feliz al Gabinete a contarles a mis compañeros qué acababa de sucederme. Tanto yo, como su tutora, supimos en ese momento que todo el trabajo realizado con él, por fin había resultado todo un éxito. Desde ese momento, en cada sesión me pedía escribir y siempre le dedicábamos un rato a ello. Un día incluso llegó a pedirme escribir "SAXOFÓN", y sin necesidad de deletrearle las letras. Si él estaba emocionado, yo más.
¡¡QUÉ RECUERDOS!! La verdad, me llevo miles de recuerdo, cada cual mejor, de mi experiencia en "LA COMARCAL".
Retomando la oposición, aprobada la misma, llegaba el lío del papeleo, destinos, listas de centros... Hasta que le pillé el truco, este mundillo me resultaba complicadísimo. Pese aprobar, no tuve los suficientes puntos para obtener plaza directa, además de las pocas plazas que habían sacado para mi especialidad, y conforme me había quedado, era consciente que no empezaba el curso en un centro educativo. Es por ello, por lo que decidí apuntarme a un Máster Universitario. Cómo no sabía cuál iba a ser mi destino al tratarse de La Bolsa de interinos, tuve que decantarme por la opción de realizar el máster a distancia. Para ello, después de informarme mucho, emprendí la aventura en la UOC (Universidad Oberta de Catalunya), ya que muchos conocidos habían cursado ahí másteres universitarios y además, estaba el que yo quería hacer: Máster en dificultades de aprendizaje.
Fueron pasando los meses, y cada lunes y miércoles hacía la lista de centros según las vacantes/sustituciones que Consellería iba ofreciendo. Al principio no ponía toda la Comunitat, pero visto lo visto, nos plantamos en Diciembre sin trabajar y había que intentarlo.
Pese a estar estudiando el máster y dedicarle muchas horas al mismo y a la realización de cursos del Cefire y de otras entidades, me sentía una "Nini", ya que venía de haber estado trabajando y estudiando a la vez, y ahora disponía de mucho más tiempo libre. No se estar parada. Soy una persona muy activa que necesita estar en línea, en lo que al trabajo/estudios se refiere.
En Marzo, decidí volver a retenerme y poner únicamente Valencia capital y pueblos de alrededor, ya que soy fallera y venían 19 días muy intensos para mi. Eso sí, llegado el 20 de Marzo... volví a abrir campo de batallas y a poner todas las vacantes/sustituciones que salían. Me daba igual donde fuera y si se trataba de un centro ordinario, un centro específico o un instituto. Únicamente me importaba una cosa: trabajar.
Hasta el pasado 26 de Marzo. Día que cambió mi vida. Día donde empezó la verdadera historia de una maestra (interina).
De les millors persones que conec, sé que prompte tindràs destí i amb sort coincidirem al camí. T'estime bonica!!
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