dimarts, 14 de maig del 2019

Tercera y última parada por tierras alicantinas

Viernes 29 de Marzo. 8:15h de la mañana. Último día en Alicante. Hoy día partido. Empezaré en un cole y acabaré en otro. Emociones a flor de piel, soy una persona muy sentida, qué se le va a hacer...

Seguimos la rutina del dia anterior. Salimos de casa en dirección a la parada de bus más próxima, pues el bus número 3 será el encargada de llevarme al cole. 

Ya en el bus, veo como van subiendo y bajando personas. Muchas de ellas con caras de pocos amigos, ya que como dicen, "madrugar no sienta bien", pero para mí, como bien dice la vecina rubia: "madrugar es de guapas". Otras tantas, suben animadas al autobús, ya que es viernes y empiezan dos días de descanso y desconexión. 

Dos paradas antes de llegar a mi destino, veo subir a uno de los alumnos del cole, el cual coge a su padre de la mano y me señala. Él no tiene habla, es uno de los rasgos más específicos de su trastorno, pero sí que tiene intención comunicativa mediante gestos y algún sonido. Yo, desde el final del bus, le dedico una amplia sonrisa de oreja a oreja y ellos la reciben y me la devuelven. 

Llego al cole con mucho tiempo, soy de esas personas que detestan llegar tarde, que la gente se retrase por costumbre... Por tanto, me organizo con tiempo para estar, al menos, diez minutos antes en todos los sitios y ser puntual. Sobretodo en lo que al trabajo respecta. 

Entro. El jefe de estudios me sonríe y me da los últimos buenos días en este centro. Paso al aula específica para dejar mis "trastos" y me encuentro con dos de mis compañeras de ayer. Me comentan lo que hay programado para hoy y salimos a recibir a nuestros pequeños bichitos, esos que te alegran el día con cualquier palabra gesto, sonrisa... Nada más verme, uno se me lanza a los brazos. Veo a otro preocupado y me acerco a preguntarle. Cuando le pregunto que qué le sucede, me contesta: ¿Maestra, qué va a hacer mi madre hoy en la lumbre? Como ayer, sigue preocupado por lo que su madre cocinará para comer. Pero en ese momento, no es eso lo que hace que en mi cabeza salten las interrogaciones y exclamaciones, si no que es la palabra lumbre. Nosotros, no estamos acostumbrados a utilizarla y menos en ese contexto, por tanto, me doy cuenta que ha sido eso lo que ha llamado mi atención. Después de unos microsegundos, le respondo que seguro que algo súper rico para comer, algo que le dará mucha fuerza para ser el campeón que quiere ser, y el superhéroe como Batman (tiene fijación por él).

Ya en el aula, empezamos el día con las rutinas. La educadora se encarga de poner los videos en la pizarra digital de las canciones que utilizan a diario para dar los buenos días. Mientras cantan, me comenta que hoy es viernes, y al ser el último del mes, tienen programado hacer una sesión de cine. Después de las rutinas, pasar lista, ver qué hay para comer... Planteamos en la asamblea qué peli quieren ver. Capitan Calzoncillos, Batman, Jurassic Park y Frozen son las candidatas elegidas entre ellos. Como no se ponen de acuerdo, decido preguntarle a la educadora si en el mes pasado acabaron la película, a lo que me responde que no, que vieron muy poco ya que tuvieron actividad en el centro. Por tanto, decido poner la peli del mes pasado, para acabar de verla y no crear disputas entre ellos.  La peli fue "En busca Del Valle encantado". 

El tiempo voló y cuando me di cuenta, faltaban 15' para salir al patio. Apagamos la peli, y nos pusimos en marcha con las rutinas de aseo antes del patio. Pipis, agua, coger el bocata... 

Cuando sólo el timbre estábamos todos preparados. Unos para irse al patio a jugar, desconectar, relacionarse con los demás... Y en mi caso, para despedirme de una nueva experiencia en un cole. Tocaba irse "volando" al otro centro, pues todavía me quedaban 3h por delante. 

Me despedí de aquellos compañeros con los que me crucé, fui a dirección y no vi a nadie, por lo que decidí dejar una nota donde les daba las gracias por la acogida, en el corto periodo que he estado en el cole. 

Tengo que reconocer que, de camino al otro centro, se me escaparon algunas lagrimillas. Algunas de ellas eran de pena, pues se acababa una experiencia muy muy bonita y gratificante, y otras de alegría, pues había superado la primera "prueba" en esto de la escuela pública. Como ya dije, siempre pensé que mi primer destino sería en Alicante, tenia esa corazonada, y no, no me equivoqué. 

Las siguientes 3h se pasaron todavía más rápidas. Jugando a "Alto al fugo", haciendo trucos de magia, jugando al "Fantasma Blitz"... Ya os lo dije, para tres días que iba a estar, íbamos a aprender jugando. Mi objetivo inicial era que disfrutaran conmigo, y lo conseguí con mucho éxito. En un principio, iba a estar "ocupada" las 3h, pero un compañero del cole, que también era interino, cuando llegó la última hora que me tocaba con su grupo, me dijo que me la dejaba libre, que tenia a los nanos haciendo cosas y que me dejaba "despedirme" por todo lo alto. ¿Hora libre? Decidí recorrerme los pasillos del cole, disfrutar de mis últimas horas allí, observando, pensando... 

Cuando sonó el timbre, me avisó de que eran las 14h. Otra vez tocaba despedirse. La verdad, no llevo bien eso de las despedidas, nunca me han gustado, pero había que enfrentarse a ellas. Por suerte, en esta ocasión estaban todos los profesores reunidos en la sala de profes, y pude despedirme de ellos. La estancia allí había sido maravillosa.

Al despedirme de la conserje, por cierto una chica majísima, y salir del cole concluyó una etapa de mi vida que siempre recordaría con mucho cariño, tanto por el recibido como por el ofrecido. 

Mis días en Alicante llegaron a su fin. Con lágrimas en los ojos, de nuevo, me subí al coche y me despedí de todas aquellas personas que habían hecho que mi estancia allí, y mi "prueba de fuego" fuera superada con éxito. 




¿Y ahora qué? Ahora... Seguiremos esperando la siguiente adjudicación.


Adiós Alicante, gracias por tanto. Eso si, si no vuelvo antes... ¡Nos vemos en Hogueras!


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